El camino que se recorre cuando no se es “normal”
Hoy sonrío con orgullo por no ser una mujer normal, por no ser una
madre normal y por no ser un estereotipo de ninguna de mis circunstancias, hoy sonrío,
pero también recuerdo los tiempos en los que mis circunstancias me causaban
dolor y pienso en cómo será para otras mujeres inmigrantes que han recorrido o están
recorriendo rutas parecidas.
Esta crónica es dedicada a todas aquellas personas que hoy pasan por esos mismos caminos… “Siempre hay luz al final del túnel”
Esta crónica es dedicada a todas aquellas personas que hoy pasan por esos mismos caminos… “Siempre hay luz al final del túnel”
Todos y todas, en particular quienes me leen, han vivido o experimentado
lo que es ser tratado con perjuicios, bien por como hablamos: Por nuestro acento, por nuestro tono, bien
por como lucimos: El color de nuestra piel, el tipo de cabello, la forma de
nuestra nariz, el tamaño de nuestras caderas o la ausencia de ellas, bien por
nuestro género: Mujer, transgenero, homosexual, lesbiana o bien por nuestro país
de origen; eso lo sabemos bien, en nuestra comunidad hispano hablante, nosotros que sabemos
lo que es ser juzgado basado en cosas tan absurdas, caemos en la triste trampa de estereotipar a
una persona basados en nuestra experiencia con una o dos personas de esa misma
nacionalidad: Tildamos gentes de perezosos, de mafiosos, cochinos, etc.
Pues bien, todos sabemos cómo se siente, y estoy segura que aunque a
muchos se nos olvida, y pasado el tiempo nos convertimos en victimarios, cometiendo los mismo pecados que se han cometido con nosotros. Los únicos hechos
que jamás se borran de nuestras mentes son los atropellos cometidos en contra
de nuestros hijos e hijas en un sistema que los desempodera por que
no siguen la norma, porque son diferentes.
Y no solo diferentes en el color de la piel o en tipo de cabello o en el apellido, el cual a muchos les parece chistoso, sino también en la forma en la que se relacionan con el mundo, la forma en la que ven el mundo.
Los niños y niñas con habilidades especiales, los nuestros, los niños y niñas latinos tienen un reto mucho mayor, cuando se trata de sobrevivir en un sistema que los trata como números y pretende meter en una caja llamada "normalidad".
Y no solo diferentes en el color de la piel o en tipo de cabello o en el apellido, el cual a muchos les parece chistoso, sino también en la forma en la que se relacionan con el mundo, la forma en la que ven el mundo.
Los niños y niñas con habilidades especiales, los nuestros, los niños y niñas latinos tienen un reto mucho mayor, cuando se trata de sobrevivir en un sistema que los trata como números y pretende meter en una caja llamada "normalidad".
Ocho años atrás, mi inglés era limitado, nueva al país, estaba ansiosa
de que mi hijo entrara a la escuela, ya saben, era tiempo de empezar ese camino
que traería muchos razones de orgullo y que trazaría las bases para lo que en
mi propia idea sería una vida de éxito, después de todo, mi hijo tendría la
oportunidad en esta país, lleno de cosas grandes.
De alguna manera, era motivo de orgullo para mí que mi hijo estuviese un
una escuela donde la mayoría de niños y niñas eran blancos, donde las casas alrededor
eran de esas que costaban cerca al millón de dólares; de alguna manera ese
ambiente me hacía sentir que mi hijo empezaría por un buen camino, “con la
gente indicada”, y toda esa gente indicada no lucía como mi hijo o como yo.
A la segunda semana de escuela, la profesora, una mujer blanca, mayor y
quien corregía mi ingles persistentemente, pero sobre todo, quien pareciera
imposible complacer, me dijo de la manera más despectiva; “Debe sacar a su hijo
de esta escuela, yo no lo puedo tener en la clase, hay algo malo con él”.
Recuerdo el nudo en la garganta, el dolor en el alma; el chiquito de mi corazón
no era querido en este lugar y yo lo pude sentir en cada centímetro de mi piel.
Algunos de mis lectores tendrán idea de lo que es un “team meeting”,
esencialmente una reunión donde los diferentes departamentos de las escuela se reúnen
con el padre o la madre, con el propósito de buscar alternativas para hacer de
la experiencia educativa una "muy positiva".
Qué gran sorpresa me lleve aquella mañana; pareciera que todas aquellas personas sentadas alrededor de esa mesa, estuviesen confabuladas para aconsejarme que la mejor opción era sacar
a mi niño de la escuela, bajo el argumento de que ellos no tenían ni los recursos ni el personal
para lidiar con lo que ellos creían que mi hijo tenía. “Una necesidad especial”.
Recuerdo a la directora de la escuela diciéndome “Realmente todos los niños y niñas de esta escuela son normales, entonces no podemos ofrecerle nada al suyo”
Recuerdo a la directora de la escuela diciéndome “Realmente todos los niños y niñas de esta escuela son normales, entonces no podemos ofrecerle nada al suyo”
La rabia y dolor aumentaban, ya saben ustedes; de esa forma en la que
una dice “que me hagan a mí lo que quieran, pero a mi hijo lo dejan quieto”. Trate de quejarme y toda la gente con la que me topaba, todos
blancos por cierto, y sin la mas mínima idea de lo significa o como se siente ser
oprimido o sentirse atropellado, tendían a minimizar mi experiencia.
Recuerdo a Irene, una mujer blanca también, directora de la guardería que
mi hijo atendía, me ofreció un vaso de agua y unos cuantos números a los cuales
podría llamar.
No voy a negar que yo presentía que algo era diferente con mi hijo, lo que no esperaba era la ausencia de apoyo, era algo como :” ya es dificil y sabes que te toca mas duro, te sientes como que eres menos por ser latina y encima de todo con algún tipo de condición que te hace ser aun mas diferente… Cual sería el futuro? Como se supera? Donde está el apoyo?”
No voy a negar que yo presentía que algo era diferente con mi hijo, lo que no esperaba era la ausencia de apoyo, era algo como :” ya es dificil y sabes que te toca mas duro, te sientes como que eres menos por ser latina y encima de todo con algún tipo de condición que te hace ser aun mas diferente… Cual sería el futuro? Como se supera? Donde está el apoyo?”
Yo he peleado por cada cosa que he tenido y creo que nunca antes había peleado
tanto como lo hice durante los meses que precedieron Junior JK para mi hijo. Pero lo logre; Mi
hijo atendió programas de apoyo y peleas respecto a su condición surgieron: Es
autismo o es que para un niño que habla todo el tiempo español en casa y en
escuela habla ingles le es más difícil adaptarse al ambiente? Es una o es la
otra? O ambas?. Es que es muy tímido o
es que hay una deficiencia en su desarrollo? Pero en mi país, no existe el
autismo?.
Después de dos años en JK, era tiempo de entrar a la escuela primaria, también tiempo de asistir a reuniones que determinarían si mi hijo reunía los requisitos de un niño excepcional para atender programas especiales. Y a este punto tendría que lidiar con los prejuicios de mi propia familia: “No meta al niño a esos programas que no hay nada malo con él”, “Como usted nunca hablo con nadie mientras crecía y aquí esta, nadie la calla”. “No meta al niño a esos programas, lo va a volver bobo o qué?. Mientras tanto la escuela seguía diciendo que el cupo no era seguro por que abrían niños con mas necesidades que el mío.
Después de dos años en JK, era tiempo de entrar a la escuela primaria, también tiempo de asistir a reuniones que determinarían si mi hijo reunía los requisitos de un niño excepcional para atender programas especiales. Y a este punto tendría que lidiar con los prejuicios de mi propia familia: “No meta al niño a esos programas que no hay nada malo con él”, “Como usted nunca hablo con nadie mientras crecía y aquí esta, nadie la calla”. “No meta al niño a esos programas, lo va a volver bobo o qué?. Mientras tanto la escuela seguía diciendo que el cupo no era seguro por que abrían niños con mas necesidades que el mío.
Tuve la gran fortuna de tener una profesora, recuerdo que era de la
India, ella, una mujer que entendía que mi lucha era para darle los servicios
apropiados a mi hijo, pero que estos no llegarían tan fácil porque muy
disimuladamente para esta sociedad, nosotros los de *color , seguimos siendo
ciudadanos de segunda categoría. Ella me
ayudo a entender el sistema y me daba clases de cómo abogar por mi hijo, que
leyes leer y a quién acudir. Como buena alumna, las seguí todas. Esto me
condujo a la mejor escuela, al mejor equipo de trabajo, al mejor profesor.
*(Llamese de color todo aquel que no tiene ojos azules y cabello rubio natural, posee algún acento y sus orígenes no son europeos; Y aunque tengas todos los anteriores, per naciste en America Latina: Eres de color)
Mi experiencia por los últimos años ha sido buena, mi hijo atiende una escuela
pequeña donde los niños y las niñas pertenecen a comunidades racializadas. Mi
hijo adora su escuela y en ella, el a florecido y adquirido habilidades que
pudieron no ocurrir debido a lo cerrado del sistema. Pero lo logramos, la lucha no fue perdida.
Ahora nos preparamos para la escuela intermedia, los mismos temores concurren. Estoy segura de que el estará bien, no hay nada de lo que me sienta más orgullosa que de tener el hijo que tengo; uno que no es normal, no hay nada que me llene de mas orgullo que ver la persona quien es y sus extraordinarias habilidades, muchos lo verán diferente , pero eso es lo que lo hace maravilloso.
Ahora nos preparamos para la escuela intermedia, los mismos temores concurren. Estoy segura de que el estará bien, no hay nada de lo que me sienta más orgullosa que de tener el hijo que tengo; uno que no es normal, no hay nada que me llene de mas orgullo que ver la persona quien es y sus extraordinarias habilidades, muchos lo verán diferente , pero eso es lo que lo hace maravilloso.
La aproxima vez que intentemos juzgar a alguien por algún factor que nos
es desconocido, detengámonos por un momento y pensemos en la vez en que se nos
juzgo injustamente o la vez que hicieron un chiste tonto basado en el hecho de
que era mujer, o bajo, o que era negra o que era de Colombia o que tenia la boca grande
o que ya no tenemos 15 o por que tenemos 15 o por que somos latinos, etc.
Recordemos que esto que somos, lo podemos ser con orgullo y que de dónde venimos no determina quienes somos pero
si nos ayuda a saber a dónde queremos ir.
Recordemos que no hay nada malo en ser diferente y que lo más
maravilloso de la vida esta apenas por ser descubierto.
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